... o se dirigieron al desembarcadero, que según pude ver estabadesierto, sino que echaron a andar por el marjal, en dirección al Norte.Mi primer impulso fue llamar a Herbert y mostrarle los dos hombres ...
... de las tropas de Almagro. Orgónez conservó esta posición cuyo frente estaba protegido por un marjal y un pequeño arroyo que cruzaba la llanura. Sus efectivos ascendían en total a quinientos hombres ...
... -. Yo solo, sin ayuda de nadie, me escapé del pontón. De igual modo podía haber huido por este marjal... Mire mi pierna. Ya no verá usted ninguna argolla de hierro. Y me habría marchado de no haber ...
... muchacho - contestó.— Este sitio es muy malo - advertí -. Se habrá usted echado en el marjal, que es muy malsano. También da reuma.— Pues antes de morirme - dijo -, me desayunaré. Y seguiría ...
... isla de Tabarca. Otros espacios naturales dignos de mención son el parque natural de El Hondo y el del marjal de Pego-Oliva, en sendos humedales próximos a la costa; el parque natural del carrascar ...
... , muchos arabismos sólo se conservan en las hablas meridionales, en Andalucía (añeclí, almud, alcuza, marjal, alcarcil) o en el sur de Portugal. En Alentejo se dice ceifa, alqueire, en cambio ...
... animación que ofrecía con las gentes en pleno trabajo.Ante sí, en el recodo que formaba el río tras un pequeño marjal, avanzaba llenando el aire con su alegre vocerío una abigarrada hilera de mujeres ...
... él, y advertí el contraste que formaban las luces de aquélla y su vida con el solitario marjal por el que se arrastraba el blanco vapor en el cual yo me disolvería en breve. No solamente pude ...
... dijo el desconocido rápidamente y mirándome al mismo tiempo -. De la iglesia solitaria situada en el marjal y rodeada de tumbas, ¿no es verdad?— Así es - contestó Joe.El desconocido dio un sordo ...
... Albufera. ¡Un bocado delicioso ¿Cómo podían hablar si nunca lo habían probado? Las ratas de la marjal sólo comían arroz; eran plato de príncipe. No había más que verlas en el mercado de Sueca ...
... no a otro lado de la cocina a ejecutar una pequeña orden, me quitaba la tranquilidad. Luego, cuando los vientos del marjal hicieron resplandecer el fuego, creí oír fuera de la casa la voz del hombre ...
... Albufera. ¡Un bocado delicioso ¿Cómo podían hablar si nunca lo habían probado? Las ratas de la marjal sólo comían arroz; eran plato de príncipe. No había más que verlas en el mercado de Sueca ...
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