Orígenes En 1966 el Sínodo de los Obispos españoles dio forma a una idea que el Papa Pablo VI expuso en 1965 sobre la conveniencia de crear en cada país Conferencias Episcopales. El 3 de octubre de 1966 se constituyó, mediante el decreto "Cristus Dominus", números (37-38) la Conferencia Episcopal Española, "en comunión con el Romano Pontífice y bajo su autoridad, para el ejercicio conjunto de la misión del Episcopado Español, en los asuntos de interés común, con el fin de orientar y fomentar el desarrollo y la coordinación de las actividades pastorales que le están confiadas" (Estatutos, Art. 1, 1.). La Conferencia, que entre otras responsabilidades tiene además aquellas que le confiere el Código de Derecho Canónico, es una institución permanente, que goza de personalidad jurídica eclesiástica y civil. Sus estatutos fueron aprobados por la Asamblea Constituyente de la propia Conferencia Episcopal, en 1966, y ratificados por Pablo VI, ese mismo año, "ad quinquenium", es decir, por cinco años. En febrero de 1977, fueron reconocidos los Estatutos definitivos por decreto de la Sagrada Congregación para los Obispos. El presidente y el vicepresidente de la Conferencia son elegidos por mayoría absoluta de la Asamblea Plenaria para un período de tres años, prorrogable por otros tres. Para una tercera y última reelección sucesiva, se precisan dos tercios de los votos emitidos. Al presidente de la Conferencia corresponde presidir la Asamblea Plenaria, el Comité Ejecutivo y otros organismos centrales. Existe un Consejo de Presidencia formado, exclusivamente, por los Cardenales miembros de la Asamblea. Sus funciones son, principalmente, consultivas.