Carlos VI en la Rápita : 26
Carlos VI en la Rápita Capítulo XXVI de Benito Pérez Galdós Desperté sosegado y sin ningunas ganas de reír. Sentada junto al lecho, había Donata recostado en éste su cabeza y parecía dormir profundamente. Las ideas que me asaltaron en aquel rato de sedación suave, fueron desconsoladoras. Pensé que me había dejado llevar de la imaginación al encarecer desmedidamente la hermosura de Donata. Aunque es muy propio de poetas sublimar el semblante, el color y las líneas corpóreas de la mujer amada, entiendo que hice un derroche abusivo de comparaciones poniendo el cielo en los ojos de la mía, en su boca todas las gracias y en su cuerpo no sé qué ideales paganos de perfectísima gentileza. La miré bien, dormida, y si en efecto, no puedo menos de reconocer que es una linda hembra, también reconozco que hay no poca distancia desde sus atractivos a la perfección de nuestra madre Eva, o a la de las diosas gentílicas, con quienes en mis arrebatos de amor propio la he...
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