XII. Lo que Miguel Ángel supuso para el arte universal
COMO escultor, el único de sus talentos que consideraba legítimo para justificar su título de artista, cosa que no se cansaba jamás de repetir siempre que alguno de sus señores le obligaba a ocuparse de otra cosa que no fuera desbastar el mármol y darle forma con el cincel, superó todos los obstáculos, y dominó la construcción del cuerpo humano y el mecanismo de sus movimientos. Introdujo la grandiosidad, la «terribilità», un estilo nuevo y osado en que la anatomía, que conocía muy a fondo, constituyó uno de los elementos primordiales. Hasta tal extremo llegó su arte que no faltaron acusaciones, como la de un predicador que dijo públicamente en el pulpito que Miguel Ángel, para hacer un Cristo expirante había hecho morir cruelmente en cruz a un pobre campesino. Como pintor, fue un colorista de la luz. «… Todas las maneras y carnaciones, todos los movimientos y posturas, todos los estados posibles de un cuerpo humano y todos los afectos del ánimo están...
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