Visiones del crepúsculo

Visiones del crepúsculo de Evaristo Carriego Ya la tarde libra el combate postrero en las flechas de oro que lanza al acaso, y se va -como un príncipe, caballero en el rojo corcel del Ocaso-. Se ahonda el misterio de las lejanías, misterio sombreado de tinte mortuorio, y el barrio se puebla de las letanías que llegan del negro, cercano velorio. Empieza a caer la nieve... Dulcemente, un rumor de canciones resuena en el patio del conventillo de enfrente, que, en ritmos alegres, oculta una pena... Las mozas, dicen sus ansias juveniles... -la salud se hizo canto en sus bocas, como en una lira de cuerdas viriles que guarda un deseo de imágenes locas. Rayo de sol sobre la escarcha: la mustia, de inviolable sudario en el seno, copa repleta del vino de la angustia que infiltra en la sangre su sabio veneno-. Finge en arabescos la nieve que baja como una lluvia de blancos pesares, una viejecita que hila su mortaja, y una novia que arroja azahares....

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