Viaje al centro de la Tierra: Capítulo 39
Viaje al centro de la Tierra Capítulo 39 de Julio Verne Nuestros pies siguieron hollando durante media hora aún aquellas capas de osamentas. Avanzábamos impulsados por una ardiente curiosidad. ¿Qué otras maravillas y tesoros para la ciencia encerraba aquella caverna? Mi mirada se hallaba preparada para todas los sorpresas, y mi imaginación para todos los asombros. Las orillas del mar habían desaparecido, hacía ya mucho tiempo, detrás de las colinas del osario. El imprudente profesor alejábase demasiado conmigo sin miedo de extraviarse. Avanzábamos en silencio bañados por las ondas eléctricas. Por un fenómeno que no puedo explicar, y gracias a su difusión, que entonces era completa, alumbraba la luz de una manera uniforme las diversas superficies de los objetos. Como no dimanaba de ningún foco situado en un punta determinada del espacio, no producía efecto alguno de sombra. Todo ocurría como si nos encontrásemos en pleno mediodía y en pleno estío, en medio de...
Está viendo el 6% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas