Veinte años después: XXVI. Artagnan llega a tiempo
Veinte años después: Capítulo I. La sombra de Richelieu de Alejandro Dumas Artagnan cobró en Blois la cantidad que había enviado Mazarino a cuenta de sus servicios futuros, deseando verle en París lo antes posible. Desde Blois a París hay cuatro jornadas regulares. Artagnan llegó a la barrera de San Dionisio a las cuatro de la tarde del tercer día. En otro tiempo no hubiese empleado más que dos. Ya hemos visto que Athos salió tres horas más tarde que él y llegó un día antes. Planchet había perdido la costumbre de aquellas marchas forzadas, y Artagnan le acusaba de flojedad, a lo que él contestaba: ––Vamos, señor, que cuarenta leguas en tres días son una cosa más que regular para un vendedor de almendras garrapiñadas. ––Pero, ¿seriamente te has hecho confitero, Planchet, y piensas seguir vegetando en tu tienda después de haberte reunido conmigo? ––¡Ya lo creo! ––respondió Planchet––. No todos podemos hacer como vos esa vida activa. Ahí...
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