Tristana: 22
Capítulo XXII 22 Pág. 22 de 29 Tristana Benito Pérez Galdós El efecto que estas deshilvanadas y sutiles razones hacían en Horacio, fácilmente se comprenderá. Viose convertido en ser ideal, y a cada carta que recibía entrábanle dudas acerca de su propia personalidad, llegando al extremo increíble de preguntarse si era él como era, o como lo pintaba con su indómita pluma la visionaria niña de D. Lepe. Pero su inquietud y confusión no le impidieron ver el peligro tras ellas oculto, y empezó a creer que Paquita de Rímini más padecía de la cabeza que de las extremidades. Asaltado de ideas pesimistas, y lleno de zozobra y cavilaciones, resolvió marchar a Madrid, y ya tenía dispuesto todo para el viaje, a últimos de febrero, cuando un repentino ataque de hemoptisis de doña Trinidad le encadenó a Villajoyosa en tan mala ocasión. En los mismos días de esta ocurrencia pasaban en Madrid y en la casa de D. Lope cosas de extraordinaria gravedad, que deben...
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