Sancho Saldaña: 44
Capítulo XLIV 44 Pág. 44 de 49 Sancho Saldaña José de Espronceda Fallida ya mi esperanza quedo triste y sin ventura, y en tamaña desventura no he más bien que mi venganza. ANÓNIMO Entró luego a despertarle de sus cavilaciones un caballero de parte del rey, que le dijo que su alteza deseaba verle, y que le esperaba solo en su cuarto. Túvole que repetir el recado dos veces, a pesar de venir del rey, pues además de estar distraído no se picaba nuestro héroe de cortesano, y las penas que le consumían le traían tan fuera de sí que apenas ponía cuidado en lo que le hablaban. Levantóse de su asiento a la segunda vez sin replicar palabra, y habiendo hecho seña al caballero de que le había entendido, se dirigió a la habitación de don Sancho, donde le halló solo, ocupado en revolver algunos libros de astronomía. Hízole un saludo respetuoso, al que contestó el rey, quien cerró el libro que estaba leyendo, y habiéndose vuelto a él le indicó...
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