Rojo y negro: Capítulo VIII
Rojo y negro de Stendhal Sucesos sin importancia Then there were sigs, the deeper for supression, And stolen, glances, weeter fort the theft, And burning blushes, though for no transgression. Don Juan, 1, 74. Si alguna vez se alteraba la dulzura angelical que la señora de Rênal debía a su carácter y a su dicha, era cuando se acordaba de su doncella Elisa. Esta muchacha tuvo la suerte de heredar, fue a confesar con el cura Chélan, y le reveló sus deseos de casarse con Julián. El cura, que quería entrañablemente a Julián, y se interesaba por su porvenir, saboreó uno de los placeres más vivos de su vida al recibir la noticia; pero su sorpresa fue terrible cuando su joven protegido le contestó resueltamente que no podía aceptar el ofrecimiento de la señorita Elisa. -Ten mucho cuidado, hijo mío, con lo que pasa en tu corazón- le dijo el cura, frunciendo el entrecejo-. Te felicito con toda mi alma por tu vocación, si es ésta la causa única que te mueve a...
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