Rima XII
Rimas Gustavo Adolfo Bécquer Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar, te quejas; verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas de las hourís del Profeta. El verde es gala y ornato del bosque en la primavera; entre sus siete colores brillante el Iris lo ostenta, las esmeraldas son verdes; verde el color del que espera, y las ondas del océano y el laurel de los poetas. Es tu mejilla temprana rosa de escarcha cubierta, en que el carmín de los pétalos se ve al través de las perlas. Y sin embargo, sé que te quejas porque tus ojos crees que la afean, pues no lo creas. Que parecen sus pupilas húmedas, verdes e inquietas, tempranas hojas de almendro que al soplo del aire tiemblan. Es tu boca de rubíes purpúrea granada abierta que en el estío convida a apagar la sed con ella, Y sin embargo, sé que te quejas porque tus ojos crees que la afean, pues no lo creas. Que parecen, si enojada tus pupilas...
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