Geografía física Las tierras de la prov. de Ávila forman parte de dos importantes unidades morfológicas de la Península Ibérica: la Submeseta Norte y el Sistema Central. Así, desde el punto de vista del relieve, se distinguen con claridad dos conjuntos diferentes: las tierras llanas del N. y las regiones montañosas del S. Las primeras constituyen una monótona altiplanice de unos 800 m de alt. media. En cambio, el paisaje meridional, más variado, presenta una yuxtaposición de cumbres de montaña, valles, cuencas y depresiones. De S. a N. se suceden: la sierra de Gredos, el valle de los ríos Alberche y Tormes, la sierra de la Paramera, el valle de Amblés y la sierra de Ávila, cuya vertiente septentrional se abre a la zona mesetaria. La máx. alt. de la provincia se registra en el pico de la Plaza del Moro Almanzor (2 592 m). El clima es continental extremado con modestas precipitaciones (500 mm anuales en la llanura y 1 000 en las alturas de la sierra de Gredos). Se dan fuertes oscilaciones de temperatura y el invierno se prolonga desde noviembre hasta abril. El verano en la llanura es abrasador por el fuerte calor y la sequedad (las lluvias se producen en primavera y otoño). Las aguas caídas en la prov. de Ávila se vierten al Duero en su mayor parte, y fluyen hacia el Tajo las de la ladera S. de la sierra de Gredos, y de la mitad oriental del surco que separa dicha sierra y la sierra de La Paramera. Pertenecen a la cuenca del Duero los ríos Tormes, Trabancos, Zapardiel y Adaja; y a la del Tajo, el Alberche y el Tiétar. Las aguas del Alberche detenidas por la presa levantada en las inmediaciones de El Tiemblo forman el llamado embalse del Alberche. También el Tiétar es embalsado antes de abandonar la provincia, formando el pantano de Rosarito. La vegetación varía de una a otra comarca. La sierra de Gredos está cubierta en sus laderas por bosques de pinos, robles y encinas, que se aclaran según aumenta la altitud, cediendo su lugar a los pastos y alzándose sobre éstos las cumbres desnudas. Hacia el N. predomina el pino sobre el roble y la encina y los bosques van disminuyendo, hasta desaparecer casi toda la vegetación en los páramos de Madrigal y Arévalo. La llanura que toma diversos nombres, Moraña Alta, Moraña Baja, Tierra de Pajares y Tierra de Arévalo, se halla cubierta por trigales y algunos viñedos y pinares. Los agrestes parajes de la sierra de Gredos constituyen una de las últimas zonas en que es posible hallar la capra hispánica.