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Corregido 68 XXIX REDENCIÓN Dios te conserve fría la cabeza, caliente el corazón, la mano larga, corta la lengua, el oído con adarga, y los pies sin premura y sin pereza. Cuando en la senda del vivir tropieza el hombre del dolor bajo la carga su propio peso es el que más le embarga para alzarse del suelo. La tristeza

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