Llamé mi luz a la tiniebla escura
Llamé mi luz a la tiniebla escura
de Lope de Vega
Soneto XXXIV
Llamé mi luz a la tiniebla escura,
gloria a mi pena, a mi dolor consuelo,
provecho al daño y al infierno cielo.
¡Qué ciego error! ¡Qué bárbara locura!
¡Ay luz divina!, sobre todas pura
cuantas vivieron el humano velo,
o el intelectual de ardiente celo,
¡quién conociera entonces tu hermosura!
Origen de la luz, luz poderosa,
luz que ilumina el sol, las once esferas;
luz, ¿quién es luz, sino Tú, luz hermosa?
¡Ay loca ceguedad, cuál me pusieras,
si fiado de luz tan mentirosa
eterna noche de mis ojos fueras!
Sonetos de Félix Lope de Vega y Carpio
A Baco pide Midas que se vuelva -
A las ardientes puertas de diamante -
Adonde quiera que su luz aplican -
Águila, cuyo pico soberano -
Amor, no se engañaba el que decía -
Ángel, a gran peligro os arrojastes -
Ángel divino, que en humano y tierno -
Antes que el cierzo de la edad...
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