Las mil y una noches:832
Las mil y una noches - Tomo V pero cuando llego la 863ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 863ª NOCHE Ella dijo: ... pensando en la belleza rubia de la joven extranjera que perfumaba mi morada, y cuyo cuerpo lustral me parecía sabroso como el albaricoque cogido bajo el rocío, y aterciopelado como él y como él deseable. Y al día siguiente, cuando nos reunimos para comer, la acogí con semblante sonriente e inclinándome ante ella, como había visto hacer en otras ocasiones a los emires de Occidente llegados aquí o enviados de parte del rey de los francos. Y la hice sentarse a mi lado ante las bandejas de manjares, entre los cuales había, como la víspera, un plato de arroz cocido con manteca y cuyos granos estaban sueltos, maravillosamente condimentados y perfumados con manteca. Pero mi esposa se condujo exactamente igual que la víspera, sin tocar más que al plato de arroz, con exclusión de todos los demás manjares y pinchando lentamente los granos uno a uno...
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