Las mil y una noches:810

23/10/2009 1.386 Palabras

Las mil y una noches - Tomo V pero cuando llego la 842ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 842ª NOCHE Ella dijo: ...Y el niño, siempre despierto, habló al conejo, por más que éste no tenía orejas, y le dió tan buenos consejos, que hubo de exclamar el aludido: "¡Qué maravilla! ¡qué maravilla!" Y continué, ¡oh mi señor! alentando al niño a conversar de aquel modo con su adversario, cambiando cada vez de motivo de conversación, y haciéndole aludir a cada tributo, tomando y dando, sin olvidar al gato sin bigotes, ni al pichón sin mancha, ni a la cuna, que estaba muy caliente, ni al nido sin huevo, que estaba nuevecito, ni a la grapa a la medida, que encajó sin arañarse, ni al abismo magnético, donde se sumergió oblicuamente para permanecer púdico, e hizo pedir gracia a la propietaria, diciendo: "¡Abdico! ¡Abdico! ¡Ah! ¡qué garrote!", ni a la rosca adaptable, de la que salió más invulnerable y más considerable, ni, por último, al albergue de mi...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info