Las mil y una noches:409
Las mil y una noches - Tomo III Cuando llegó la 409ª noche de Anónimo CUANDO LLEGO LA 409ª NOCHE Ella dijo: ... Rosa-en-el-Cáliz subió a la terraza del palacio, y valiéndose de sólidas telas de Baalbek, con las cuales se ató cuidadosamente, se descolgó a tierra desde lo alto de los muros. Y vestida como estaba con sus trajes más hermosos y con el cuello adornado por un collar de pedrerías, atravesó las llanuras desiertas que rodeaban el palacio, y llegó de esta manera a la orilla del mar. Divisó allí a un pescador, a quien el viento de través había arrojado a lo largo de aquella costa mientras pescaba sentado en su barca. El pescador divisó asimismo a Rosa-en-el-Cáliz, y creyéndola una aparición obra de algún efrit, se atemorizó mucho y empezó a maniobrar para alejarse de allí cuanto antes. Entonces Rosa-en-el-Cáliz le llamó repetidas veces, y haciéndole numerosas señas, le recitó estos versos: ¡Oh pescador! ¡Calma tu turbación, pues soy un...
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