Las mil y una noches:397
Las mil y una noches - Tomo III Pero cuando llegó la 397ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 397ª NOCHE Ella dijo: ... y seguí a pie a la joven hasta su casa. Allí le entregué el collar, y ella penetró en sus habitaciones después de rogarme que me sentara en el banco del vestíbulo para esperar la llegada del cambista que debía pagarme los cien mil dinares con sus intereses. Estando sentado en aquel banco del vestíbulo, vi llegar a una sirviente joven, que me dijo: "¡Oh mi señor, tómate la molestia de entrar a la antecámara de la casa, pues la espera a la puerta no se hizo para personas de tu calidad!" Me levanté entonces y penetré en la antecámara, donde me senté en un escabel tapizado de terciopelo verde y así, permanecí esperando algún tiempo. Entonces vi entrar a una segunda sirviente, que me dijo: "¡Oh señor mío, mi señora te ruega que entres en la sala de recepción, donde desea que descanses hasta que llegue el cambista!" No dejé de...
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