Las mil y una noches:339
Las mil y una noches - Tomo III Pero cuando llegó la 346ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 346ª NOCHE Ella dijo: "...pero guardaos de poner la mano sobre la hija del rey o de tocar sus vestidos". Entonces dijo Taleb ben-Sebl: "¡Oh emir nuestro, nada en este palacio puede compararse a la belleza de una joven! Sería una lástima dejarla ahí en vez de llevárnosla a Damasco para ofrecérsela al califa. ¡Valdría más semejante regalo que todas las ánforas con efrits del mar!" Y contestó el emir Muza: "No podemos tocar a la princesa, porque sería ofenderla, y nos atraeríamos calamidades". Pero exclamó Taleb: "¡Oh emir nuestro! las princesas, vivas o dormidas, no se ofenden nunca por violencias tales". Y tras de haber dicho estas palabras, se acercó a la joven y quiso levantarla en brazos. Pero cayó muerto de repente, atravesado por los alfanjes y las picas de los esclavos, que le acertaron al mismo tiempo en la cabeza y en el corazón. Al ver aquello, el emir...
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