Las mil y una noches:326
Las mil y una noches - Tomo III Y cuando llegó la 333ª noche de Anónimo Y CUANDO LLEGO LA 333ª NOCHE Ella dijo: ... se volvió hacia la esclava rubia, y le dijo: "¡Oh Sol-del-Día, cuerpo de ámbar y oro! ¿Quieres bordarnos más versos sobre un delicado motivo de amor?" Y la rubia joven inclinó su cabeza de oro hacia el sonoro instrumento, cerró a medias sus ojos claros como la aurora, preludió con algunos acordes melodiosos, que hicieron vibrar sin esfuerzo las almas y los cuerpos por dentro como por fuera, y tras de haber iniciado los transportes con un principio no muy fuerte, dio a su voz, tesoro de los tesoros, su mayor arranque y cantó: ¡Cuando me presento ante él, el amigo que tengo Me contempla y asesta a mi corazón La cortante espada de sus miradas Y yo le digo a mi pobre corazón atravesado: ¿Por qué no quieres curar tus heridas? ¿Por qué no te guardas de él? ¡Pero mi corazón no me contesta, y cede siempre a la inclinación que le arrastra hacia...
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