Las mil y una noches:29
Las mil y una noches Pero cuando llegó la 15ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 15ª NOCHE Invoqué, pues, el nombre de Alah, le imploré, y me absorbí en el éxtasis de la plegaria. Y cuando el viento cambió, por orden del Altísimo, logré subir a lo más alto de la montaña, agarrándome como pude a las rocas y excavaciones. Y mi alegría por hallarme en salvo llegó hasta el límite de la alegría. Ya sólo me faltaba llegar a la cúpula; lo conseguí al fin, y pude penetrar en ella. Entonces me puse de rodillas y di gracias a Alah por haberme salvado. Pero estaba tan rendido, que me eché en el suelo y me dormí. Y durante mi sueño oí que una voz me decía: "¡Oh hijo de Kassib! cuando te despiertes cava a tus pies, y encontrarás un arco de cobre y tres flechas de plomo, en las cuales hay grabados talismanes. Coge el arco y dispara contra el jinete que está en la cúpula, y así podrás devolver la tranquilidad a los humanos, librándoles de tan terrible...
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