Las mil y una noches:107
Las mil y una noches Pero cuando llegó la 76ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 76ª NOCHE Ella dijo: He llegado a saber, ¡oh rey afortunado! que el eunuco gritó: "¡Oh grandísimo embustero! ¿Por qué dijiste que no sabías quién había cantado los versos? Ya sabemos que el cantor era tu compañero. Sabe, pues, que hasta que, lleguemos a Bagdad no me separaré de ti ni un instante, y cuando lleguemos correrás la misma suerte que el cantor!" Al oír todo esto, aumentó el pánico de aquel hombre, que pensaba: "He aquí que me ha caído encima el más injusto de los castigos". Y el eunuco ordenaba mientras tanto a los esclavos: "Dadle este caballo y quitadle ese borrico". Y a pesar de las lágrimas del encargado, le cogieron el borrico y le obligaron a montar en un magnífico caballo entre los caballos del chambelán. Y el eunuco llamó aparte a los esclavos y les dijo: "¡Vais a servir a este hombre durante todo el viaje, y cada cabello que pierda su cabeza...
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