Las mil y una noches:0848
Las mil y una noches - Tomo VI pero cuando llegó la 878ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGÓ LA 878ª NOCHE Ella dijo: ... Y he aquí que hasta entonces ¡oh mi señor! para nada absolutamente había intervenido en mi vida la mujer. Pero pronto debía hacer su aparición. Y con ella, mi vida había de entrar en la complicación. En efecto, debo apresurarme a decirte ¡oh mi señor! que mi protector me había dicho el primer día: "Sabe ¡oh querido mío! que está prohibido a todos los chambelanes de las doce cámaras, así como a todos los dignatarios de palacio, oficiales y guardias, pasearse después de cierta hora de la noche por los jardines de palacio. Porque, a partir de esa hora, los jardines están reservados sólo a las mujeres del harén, a fin de que puedan ir allá a tomar el aire y charlar entre sí. Y si alguno, para su desdicha, es sorprendido en el jardín a esa hora, arriesga su cabeza". Y yo hube de prometerme no correr nunca aquel riesgo. Pero una tarde,...
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