La lucha por la vida II: 117
none Pág. 117 de 121 La lucha por la vida II Tercera parte Pío Baroja -¿Acaso es usted de la policía? -preguntó el hombre. -No; no, señor. -Pues lo parece; pero eso allá usted. No conozco a ese Bizco y el hombre volvió la espalda. -Aquí hay que andar con mucho ojo -murmuró Ortiz-, porque si se enteran a lo que venimos nos dan un pie de paliza que nos revientan. Salieron del barrio de los Hojalateros, cruzaron el río por un puente por donde pasaba la línea del tren, y siguieron por la orilla del Manzanares. En las praderas próximas al río, cubiertas de hierba verde y luciente, pastaban las vacas; algunos andrajosos andaban despacio, con cautela, buscando grillos. Llegaron Manuel y Ortiz a unas casas de campo que llamaban la China; el guardia interrogó a un hortelano. No conocía al Bizco. Se alejaron de allá y se sentaron en la hierba a descansar. Iba anocheciendo; surgía Madrid, amarillo rojizo, con sus torres y sus cúpulas, iluminado con la última...
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