La farisea : 04
Capítulo III 04 Pág. 04 de 12 La farisea Fernán Caballero Tres meses después de esta primera visita en casa de don Claudio Fajardo, se hallaba el brigadier con Luciano en su despacho. El primero estaba preocupado; el segundo estaba triste. Después de un rato de silencio, dijo el primero con algún embarazo al segundo: -¿Qué te parece Bibiana Fajardo, Luciano? -No me gusta, señor, contestó éste sin titubear, como si hubiese estado preparado a la pregunta. -¿Y por qué? preguntó el brigadier. -Por instinto, señor, contestó el interrogado. -Atrevido es fijar nuestros juicios sobre semejante base, repuso el brigadier. -No lo creáis, señor. El instinto es la vista del alma, la inspiración del corazón -No se juzga a una persona por inspiraciones, Luciano, sino por hechos y por realidades. -Tampoco, señor, se clasifica a una mujer como a un quinto. -Convenido, hijo mío. Entre ambas apreciaciones hay un medio término, que es el que te debe servir para...
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