La Divina Comedia: El Purgatorio: Canto XXIII
La Divina Comedia El Purgatorio: Canto XXIII de Dante Alighieri Mientras los ojos por la fronda verde rondaba yo como hacer suele quien tras los pajarillos su vida pierde, mi más que padre me decía: Hijito, ven ahora, que el tiempo que nos fue impuesto más útilmente emplear conviene. Volví el rostro, y el paso no menos pronto detrás de los sabios, que de tan bello que hablaban el andar me era sin costo. Y entonces llorar y cantar se oía “Labia mea, Domine” de tal modo que placer y dolor en mi nacer hacían. ¡Oh dulce padre! ¿qué es lo que oigo? comencé. Y él: Sombras que van quizá de su débito soltando el nudo. Como hacen los pensativos peregrinos que en su ruta hallan no conocida gente, y las miran y no se detienen, así detrás nuestro, con más veloz paso, viniendo y adelantándose nos admiraba una turba de almas callada y devota. De los ojos era todas oscuras y hundidas, pálido el rostro, y tan delgadas que de los huesos la piel notificaba. No...
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