La Divina Comedia: El Paraíso: Canto XVI
La Divina Comedia El Paraíso: Canto XVI de Dante Alighieri ¡Oh nuestra poca nobleza de sangre, si de ti gloríase la gente aquí abajo donde el afecto decae, no me será nunca admirable cosa; pues donde el apetito no se tuerce, digo en el cielo, de ello pude gloriarme. Verdad que eres manto que pronto encoge; pues, si no te acrecen día a día, con su guadaña el tiempo te carcome. Con el “Vos” que primero en Roma se ofrecía y que en familia menos persevera, recomenzaron las palabras mías; y Beatriz, algo apartada, riendo, parecía como aquella que tosía a la primer falta como se narra de Ginebra. Yo comencé: Vos mi padre sois; vos de hablar me dais confianza entera; vos me alzáis tal que yo soy más que yo. Por tantos ríos se colma de alegría mi mente, que de sí se deleita de no quebrarse por tener tanta. Decidme pues, amada mía primicia, quiénes fueron tus antiguos, y cómo los años fueron los que signaron vuestra puericia; habladme del aprisco de san...
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