La catedral : 4
La catedral : 4 de Vicente Blasco Ibáñez Al salir al claustro por las mañanas, poco después de amanecer, la primera persona que veía Gabriel era don Antolín, el Vara de plata. Este sacerdote ejercía autoridad a modo de gobernador de la catedral, pues a sus órdenes estaban los servidores laicos y bajo su inspección se hacían todos los trabajos de escasa importancia. Abajo, en el templo, vigilaba a sacristanes y acólitos, cuidando de que los canónigos y los beneficiados no pudieran quejarse de descuidos en el servicio. Arriba, en el claustro, velaba por el buen orden y las sanas costumbres de las familias, siendo, por la gracia del cardenal-arzobispo, una especie de alcalde de aquel pequeño pueblo. Ocupaba la mejor habitación de las Claverías. En las grandes fiestas marchaba al frente del cabildo Con capa pluvial y un bastón de plata tan alto como él, que hacía retemblar las losas con sus golpes,...
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