La casa de los celos: 28
Jornada Primera 28 Pág. 28 de 98 La casa de los celos Acto I Miguel de Cervantes REINALDOS De Merlín es el hecho, que no hay razón que valga con su encanto; que, aunque fuera su pecho león en furia y en dureza un canto, si hechiceros no hubiera, 825 nunca mi primo atrás el pie volviera. (Entra ANGÉLICA, llorando, y con ella el VIZCAÍNO, escudero de BERNARDO.) VIZCAÍNO ¡Pardiós, echóte al río! ¡Tienes Granada, bravo Ferraguto! ANGÉLICA ¡Ay, triste hermano mío! ROLDÁN ¿Por qué ese cielo al suelo da tributo 830 de lágrimas tan bellas, si el mismo cielo se le debe a ellas? ANGÉLICA Un español ha muerto a mi querido hermano; y es un moro que no guardó el concierto 835 debido a la milicia y su decoro, y arrojóle en un río. ROLDÁN ¿Quién es el moro? BERNARDO Es un amigo mío. ROLDÁN ¿Amigo tuyo? ¡Oh perro, tú llevarás de su maldad la...
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