Juvenilia - Capítulo 35
Juvenilia - Capítulo 35 de Miguel Cané Muchos años más tarde volví a entrar un día al Colegio; a mi turno, iba a sentarme en la mesa temible de los examinadores. Al cruzar los claustros, al ver mi nombre al pie de algunos dibujos que aún se mantenían fijos en la pared con sus modestos cuadros negros; al pasar junto a mi antiguo dormitorio, teatro de tantas y tan renombradas aventuras; al cruzar frente a la puerta sombría del encierro, que por primera vez recibió una mirada cariñosa de mis ojos; al ver el grupo de estudiantes tímidos, callados, que en un rincón procuraban penetrar mi alma y leer en mi cara sus futuras clasificaciones; al estrechar la mano de mis compañeros de hoy, mis maestros de otro tiempo; al respirar, en una palabra, aquel ambiente que había sido mi atmósfera de cinco años, sentí una impresión extraña, grata y dulce, y una vaga melancolía me llevó por un momento a vivir la vida del pasado. Me lancé a todos los viejos rincones conocidos,...
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