Juvenilia - Capítulo 26
Juvenilia - Capítulo 26 de Miguel Cané Viene a mi memoria, envuelto entre los recuerdos de la Chacarita, el de uno de mis condiscípulos, tipo curiosísimo, que en aquellos tiempos felices, ignorantes aún de los encuentros grotescos que nos proporcionaría el mundo, clasificábamos alternativamente con los nombres de El loco Larrea o El loro Larrea. Queda entendido que he alterado su verdadero apellido, pues ignoro si vive aún, en cuyo caso tal vez no le sería grato figurar en estas páginas, a la manera de un coleóptero de museo. Era riojano; aunque de gran estatura, su cuerpo, sea por falta de armonía ingénita, sea por el corte de sus jacquets amplios, sin la menor curva en la espalda, presentando una línea recta geométrica desde el cuello hasta el ribete de faldón, ofrecía un conjunto tan desgraciado como insípido. La cara de Larrea era una obra maestra. En primer lugar, aquel rostro sólo se conservaba a costa de incesante lucha contra la cabellera tupida y...
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