Juvenilia - Capítulo 23
Juvenilia - Capítulo 23 de Miguel Cané Fue un día bullicioso aquel en que se nos anunció que en breve empezaría a funcionar la clase de literatura, regida por el señor Gigena. Teníamos hambre de lanzarnos en esa vía del arte; las novelas nos habían preparado el espíritu para esa tarea, y nos parecía imposible que al año de curso no nos encontráramos en estado de escribir a nuestra vez un buen romance, con muchos amores, estocadas, sombras, luchas, escenas todas de descomunal efecto. Ya para aquel entonces había yo comenzada a borronear papel, y a más de dos cretinismos juveniles que mis parientes de "La Tribuna" publicaron con sendas laudatorias, tenía casi concluida una novela que pasaba en una estancia durante las vacaciones, cuyo héroe principal era un gaucho cantor. Creo que algo de eso se publicó después, bajo un seudónimo, como si temiera comprometer mi gravedad en tales ligerezas. Mi compañero de trabajos literarios era Adolfo Lamarque, que me llevaba...
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