Invitación (Carriego)

Invitación de Evaristo Carriego Amada, estoy alegre: ya no siento la angustiosa opresión de la tristeza: el pájaro fatal del desaliento graznando se alejó de mi cabeza. Amada, amada: ya, de nuevo, el canto vuelve a vibrar en mí, como otras veces; ¡y el canto es hombre, porque puede tanto, que hasta sabe domar las altiveces! Ven a oír: abandona la ventana... Deja al mendigo en paz. ¡Son tus ternuras para el dolor, como las de una hermana, y sólo para mí suelen ser duras! ¡Manos de siempre compasiva y buena, yo tengo todo un sol para que alumbres ese olímpico rostro de azucena hecho de palidez y pesadumbres! Hoy soy así. Soy un poeta loco que ve su dicha de tus tedios presa ... ¡Ven y siéntate al piano: bebe un poco de champaña en la música francesa! No quiero verte triste. De tu cara borra ese esguince de pesar cansino... ¡Hoy yo quiero vivir!... ¡Qué cosa rara, hoy tengo el corazón lleno de vino! Misas herejes de Evaristo Carriego VIEJOS...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información