Gloria: 41
Gloria Segunda parte - Capítulo II de Benito Pérez Galdós Lo que dijeron -¿Tampoco hoy ha querido salir? -preguntó D. Buenaventura. -Tampoco -repuso Serafinita sin levantar la vista de su obra-. ¡Pobrecilla!... Hazte cargo, Ventura, de cómo estará su espíritu. Ni sé yo cómo vive, ni sé cómo no ha muerto de tristeza, de dolor, de vergüenza. -Pues es preciso -dijo él con entereza-, que no muera de ninguna de esas tres cosas, sino que viva. -¡Vivir! -exclamó D.ª Serafina suspirando-. Sí, ese es nuestro deber. ¡Ay! para algunos es una obligación bastante pesada... Yo comprendo la angustia de esa infeliz hija de mi hermano, ¡pobre flor tronchada por el bárbaro pie del asno que en un momento de descuido entró en el jardín!... No, no he conocido en mi ya larga vida ejemplo semejante, ni hay otra caída que a esta se iguale, como no sea la de Satanás... Y no me digas que tiene remedio en el orden mundano, Ventura. Tú has perdido el juicio, y si insistes en...
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