El Zarco:Capítulo XVII
El ZarcoCapítulo XVII: La agonía de Ignacio Manuel Altamirano En efecto, los dos jóvenes, en su éxtasis amoroso habían olvidado un momento a la pobre doña Antonia, que yacía moribunda en la pieza cercana. Hemos dicho que desde el día siguiente a la fuga de su hija, conmovida por la terrible crisis que había sufrido más que a causa de la humedad, a que había estado expuesta durante muchas horas, la desdichada anciana había caído en cama, atacada de una fiebre cerebral. Inútiles habían sido los cuidados que se le habían prodigado por las personas caritativas y amigas que la asistían, particularmente por Pilar, que como una hija amorosa, no se había separado un instante de su lado. La experiencia de aquellas buenas gentes, a falta de médico, y todos los esfuerzos, se habían estrellado contra la gravedad del mal. La señora se moría, y Nicolás llegaba precisamente en los momentos en que la agonía tocaba a su término. Nicolás profundamente consternado,...
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