El sino: 07
El sino Capítulo VII de Joaquín Dicenta Anatolio no se daba cuenta de la mala situación de su hogar. Si el amor de la hembra pudo apartarle durante cuatro ó cinco meses de sus verdaderos amores, pronto volvió á ellos más enamorado, más entregado que antes, sorbido materialmente por la pasión del astro. Cuando salía del Observatorio y tornaba á su domicilio, era viaje de sonámbulo el suyo por estas calles de Madrid. Como un sonámbulo llegaba al portal de su casa y remontaba la escalera y tiraba de la campanilla; como un sonámbulo entraba en la reducida habitación donde le aguardaban su mujer y sus hijos. Besaba á éstos; abrazaba á aquélla; saludaba con afectuoso saludo á su suegra y á su cuñada; embaulaba el condumio y se metía en su despacho á ordenar sus diarias observaciones, ó á emborronar cuartillas para artículos y folletos. ¡Siempre igual! Su cuerpo andaba y moraba en la tierra, pero su espíritu no se movía de la altura. Tenía en los...
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