El signo de los cuatro: VI
El signo de los cuatro Capítulo VI - Teoria de Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle ––Y ahora, Watson ––dijo Holmes, frotándose las manos––, disponemos de media hora, así que vamos a aprovecharla. Como ya le he dicho, tengo el caso prácticamente completo; pero no hay que errar por exceso de confianza. Aunque ahora el caso parece muy sencillo, puede que oculte alguna complicación. ––¡Sencillo! ––exclamé yo. ––Pues claro ––dijo él, con cierto aire de profesor de medicina explicando en clase––. Ande, siéntese en ese rincón para que sus pisadas no compliquen el asunto. Y ahora, ¡a trabajar! En primer lugar: ¿cómo entró esa gente, y cómo salió? La puerta no se ha abierto desde anoche. ¿Y la ventana? Acercó la lámpara a la ventana, comentando en voz alta sus observaciones, pero hablando más consigo mismo que conmigo. ––La ventana está cerrada por la parte de dentro. El marco es sólido. No hay bisagras a los lados. Vamos a...
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