El sabor de la tierruca: 20
El sabor de la tierruca-XX: Emociones fuertes de José María de Pereda -A tiempo llegas, ¡vive Dios! -bramó el jurisconsulto, trémulo y erizado. -¿Ya estás con la mosca, hombre? -respondió don Pedro, parándose junto al hueco de la puerta- ¿Dónde demonios la cogiste? ¿Por qué te pica ahora? -¡Y tienes el candor de preguntármelo! -¿Es decir que yo debo saberlo? -Debieras presumirlo, cuando menos. -¿De manera que estamos como estábamos? -Así lo quieres tú y así sucede... ¡Y así sucederá, mientras los hombres no lleven, como yo, la conciencia en la palma de la mano, y escritos en la frente sus pensamientos! -Todo eso me huele, Juan, a que has dado suelta a los tuyos, y te andan a calabazadas en la mollera. ¡Que nada te aprovechen los escarmientos y nada te enseñe la experiencia...! -Tienes razón, Pedro: nada me enseña la experiencia..., tanto me cuesta creer en la falsedad de los hombres ¡Y cuánto disgusto me ahorrara si más escarmentado fuera; si de...
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