El licenciado Vidriera: 13
13 Pág. 13 de 20 El licenciado Vidriera none Cuando esto decía, estaba a la puerta de un boticario, y, volviéndose al dueño, le dijo: -Vuesa merced tiene un saludable oficio, si no fuese tan enemigo de sus candiles. -¿En qué modo soy enemigo de mis candiles? -preguntó el boticario. Y respondió Vidriera: -Esto digo porque, en faltando cualquiera aceite, la suple la del candil que está más a mano; y aún tiene otra cosa este oficio bastante a quitar el crédito al más acertado médico del mundo. Preguntándole por qué, respondió que había boticario que, por no decir que faltaba en su botica lo que recetaba el médico, por las cosas que le faltaban ponía otras que a su parecer tenían la misma virtud y calidad, no siendo así; y con esto, la medicina mal compuesta obraba al revés de lo que había de obrar la bien ordenada. Preguntóle entonces uno que qué sentía de los médicos, y respondió esto: -Honora medicum propter necessitatem, etenim creavit...
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