El infierno
Los hombres ya no viven: como enterradas serpientes En el otoño, como lunas perezosas en invierno, En el estío son águilas o tigres, soles sanguinarios Que arden en el opaco mundo de las cosas, Guerreros en vigilia como los astros Para que en inmortales los convierta el cielo mentido. Nobles o perversos, mas efímeros porque es su obra Única arrancar un instante al infierno La misma carne que los delata a los dioses, Los amantes están solos en la tierra. Feroces porque el que siempre da recibe injusticia, Quieren ser como uñas o dientes en el otro, Como la selva tras la tormenta de verano, quieren Que nadie vea su debilidad, sino sufra violencia, Ayuntados como hermosas bestias o en fuga como criminales La luz los ciega: el hombre no tiene tiempo para reconocerse. Se abrazan en su miseria hasta encontrar un cuerpo Impenetrable donde sólo la muerte toca fondo: Sus bocas están juntas, mas separadas siguen las almas. Si mañana despierto de Jorge Gaitán...
Está viendo el 26% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas