El hampón: 3
El hampón Capítulo III de Joaquín Dicenta Jorge, así aseguraba llamarse y nadie vino a desmentirle ni nadie tampoco se ocupó en contrastar la veracidad de su dicho, era un minero hampón. Como todos los de su casta, surgió cierta noche en una taberna de la ciudad minera. Echó tasca adentro con las manos ocultas entre los pliegues de la faja, la camiseta desabrochada sobre el pecho desnudo, las alas del sombrero sirviendo de toldo a sus ojos ceñudos, y las barbas y cabellera de matorral emboscador al resto de su cara. Asentó frente a una mesa libre de parroquianos; paseó las verdes pupilas por todos los rincones, pidió un cuartillo de aguardiente, y después de apurarlo a tragos anchos, con unción y recogimiento de místico que ante la imagen de culto consagra, encaróse con el Moreno el tabernero, un antiguo cortador de mineral y de carne de prójimo si se terciaba el caso, y le preguntó hundiendo la barba entre los puños y mordiendo con sus dientes puntiagudos la...
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