El comendador Mendoza: 13
Capítulo XII 13 Pág. 13 de 31 El comendador Mendoza Juan Valera No se arredró por eso nuestro héroe. Aguardó un rato en medio de la calle a fin de que no pudiese decir ni pensar Doña Blanca que él la seguía, y al cabo se fue a la iglesia Mayor, a donde sabía que la familia de Solís se había encaminado. Don Fadrique no iba allí, sin embargo, con el intento de acercarse a Doña Blanca otra vez y de sufrir nueva repulsa, sino a fin de hallar a D. Carlos, quien, a su parecer, no podía menos de estar en la iglesia, ya que no había otro medio de ver a Clara. En efecto, D. Fadrique entró en la iglesia y se puso a buscar al poeta, a la sombra de los pilares y en los sitios donde menos se nota la presencia de alguien. Pronto le halló, detrás de un pilar y no lejos del altar mayor. Parecía D. Carlos tan embebido en sus oraciones o en sus pensamientos, que nada del mundo exterior, salvo Clara, podía distraerle ni llamarle la atención. Llegó, pues, D....
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