El comendador Mendoza: 08
Capítulo VII 08 Pág. 08 de 31 El comendador Mendoza Juan Valera Encantado estaba D. Fadrique con su modo de vivir. Ya leyendo, ya de tertulia o de paseo con el P. Jacinto, ya de expediciones campestres y venatorias con el mismo padre y con el iluminado y ameno tío Gorico, el tiempo se deslizaba del modo más grato. Ningún deseo sentía D. Fadrique de ir a otro pueblo, abandonando a Villabermeja; pero D. José tenía cuarto preparado para recibirle en su casa de la ciudad, y sus instancias fueron tales, que no hubo más que ceder a ellas. El Comendador fue a la ciudad a pasar todo el mes de Mayo. Llegó en la tarde del último día de Abril, y como el viaje es un paseo, aquella noche estuvo de tertulia hasta cerca de las once, que en 1794 era ya mucho velar. Dos o tres hidalgos; otras tantas señoras machuchas; dos jóvenes amiguitas de Lucía, sobrina de D. Fadrique; un respetable señor cura y un caballerito forastero y muy elegante componían la reunión de...
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