El amigo Manso: 34
El amigo Manso Capítulo XXXIV de Benito Pérez Galdós Capítulo XXXIV - ¡Y al fin entré por tu puerta, casa misteriosa! Y subí tu escalera nuevecita, estucada, oliendo todavía a pintura, fresco el barniz de las puertas y del pasamanos. En el principal vi una placa de cobre que decía: Doctor Miquis. Consulta de 4 a 6; más arriba encontré un carbonero que bajaba, luego el panadero con su gran banasta, una oficiala de modista de sombreros con la caja de muestras, y a todos les preguntaba con el pensamiento: «¿venís de allá?». Y al fin tiré del botón de aquel timbre, que me asustó al sonar vibrante, y abriome la puerta una criada desconocida que no me fue simpática y me pareció, no sé por qué, avechucho de mal agüero. Y heme aquí en una salita clara, tan nueva que parecía que yo la estrenaba en aquel momento. De muebles estaba tal cual, pues no había más que tres sillas y un sofá; pero en las paredes vi lujosas cortinas, y entre los dos balcones una...
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