El Alcázar de Sevilla: 6
6 Pág. 6 de 8 El Alcázar de Sevilla Fernán Caballero Sólo el lápiz y el pincel unidos pueden dar idea de la caprichosa variedad y belleza de los adornos, de que así el salón y los dos patios de que hemos hecho mérito, como las demás estancias del piso bajo del Alcázar, tienen revestidos sus muros; y de lo admirable de los artesonados. Por todas partes deslumbran el oro y los mosaicos compuestos de los más vistosos colores. Las ventanas, divididas a lo morisco por finas columnitas, dan la mayor parte a los jardines, los cuales tendrían quizás el aire demasiado grave, si la severidad de los naranjos y bojes que unos contra las paredes, otros sirviendo de marco a los cuadros, no discrepan de la etiqueta, no estuviera paliada por el murmullo de las fuentes, la espléndida alegría del cielo y la lontananza de sus horizontes que nada interrumpe, por concluir los jardines en los muros de la ciudad, lo que les da el silencio y el apacible encanto de la...
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