Después del olvido

Después del olvido de Evaristo Carriego Porque hoy has venido, lo mismo que antes, con tus adorables gracias exquisitas, alguien ha llenado de rosas mi cuarto como en los instantes de pasadas citas. ¿Te acuerdas?... Recuerdo de noches lejanas, aun guardo, entre otras, aquella novela con la que soñabas imitar, a ratos, no sé si a Lucía no sé si a Graziela. Y aquel abanico, que sentir parece la inquieta, la tibia presión de tu mano; aquel abanico ¿te acuerdas? trasunto de aquel apacible, distante verano... Y aquellas memorias que escribiste un día! -un libro risueño de celos y quejas-. ¡Rincón asoleado! Rincón pensativo de cosas tan vagas, de cosas tan viejas!... Pero no hay los versos: ¡Qué quieres!... ¡Te fuiste! -¡Visión de saudades, ya buenas, ya malas!- La nieve incesante del bárbaro hastío ¿no ves? ha quemado mis líricas alas. ...¿Para qué añoranzas? Son filtros amargos como las ausencias sus hoscos asedios... Prefiero las rosas, prefiero tu...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información