Bodas reales: XXX

22/10/2009 2.951 Palabras

Capítulo  XXX Pág. XXX de {{{Reseña}}} Bodas reales Benito Pérez Galdós No iba descaminada Doña Leandra en abominar de El Correo de las damas, porque el repartidor de este semanario, que también lo era de El Clamor, porteaba las cartitas que acabaron de soliviantar a la desdichada Eufrasia. En cuanto cenó la enferma, pudo Lea confirmar el vuelo fugaz de su hermana, a quien ayudó en su evasión la bestial Maritornes. Llegó Vicente un poco tarde con la triste noticia de haber revuelto medio Madrid sin encontrar al sensato D. Bruno. «Mi opinión -dijo el mancebo a su amada-, es que nos lavemos las manos. Hemos hecho cuanto podíamos por contenerla. Sus ganas de perderse han podido más que nuestros esfuerzos porque se salvara». Cuidose Lea de acostar a su madre, y esta le dijo: «Mira si estaré trastornada: he creído hace un rato que oía la voz de Vicente. Bien sé que me engaño: es tan comedido el pobre chico, que no hará la tontería de...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info