Ana Karenina VII: Capítulo XVIII
Ana KareninaSéptima parte: Capítulo XVIII de León Tolstoi –Tengo que hablarte también de otro asunto –dijo Esteban Arkadievich después de un silencio–. Ya lo debes adivinar... de Ana. Cuando Oblonsky pronunció el nombre de su hermana, el rostro de Alexey Alejandrovich mudó completamente de color y, en vez de con la animación que expresaba, se cubrió con una máscara de fatiga y de inmovilidad. –Concretamente, ¿qué queréis de mí? –preguntó Karenin, volviéndose en su butaca, cerrando sus pince–nez y mirando a su interlocutor. –Una decisión, sea la que sea, Alexey Alejandrovich. Me dirijo a ti no como... como... –«Como a un marido ofendido» iba a decir Esteban Arkadievich, pero temió herir la susceptibilidad de su cuñado, y sustituyó estas palabras por « como a un hombre de Estado», y, al fin, no pareciéndole bien tampoco ésta, dijo: –Me dirigio a ti como a un hombre, un hombre bueno y un sincero cristiano. Debes tener compasión de...
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