Ana Karenina V: Capítulo XXIX
Ana KareninaQuinta parte: Capítulo XXIX de León Tolstoi Uno de los fines principales del viaje a Rusia, era, para Ana, ver a su hijo. Desde que salió de Italia, la idea de verle no dejó un momento de conmoverla, y, cuanto más se acercaba a San Petersburgo, mayor le parecía el encanto y la transcendencia de aquel encuentro con el niño. Figurábasele sencillo y natural ver a su hijo hallándose en la misma ciudad que él; pero, una vez en San Petersburgo, se hizo evidente su situación ante la sociedad y comprendió que no sería nada fácil arreglar aquella entrevista. Llevaba ya dos días en la ciudad, y aunque la idea de verle no la dejaba un momento, no había adelantado ni un solo paso en aquel camino. Ana reconocía que no tenía derecho a ir abiertamente a casa de Karenin, a riesgo de encontrarle, y que podía muy bien suceder que le prohibieran la entrada, cosa que la habría llenado de vergüenza. Sólo el pensar en escribir a su marido y cruzar cartas con él, le...
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