Aita Tettauen: 27

Aita Tettauen de Benito Pérez Galdós Tercera parte - Capítulo VII Al caer de la tarde, entre cinco y seis, cuando ya el sol trasponía, dorando las cumbres de El Dersa, nos tiramos al suelo en un recuesto seis o siete hombres que caminábamos juntos. El herido que dos de nosotros transportábamos por turno se nos quedó muerto, y desembarazados de la carga (dejándole junto a un árbol, acompañado de otros que los delanteros soltaban conforme morían) nos dimos un rato de reposo. Boabit Musa, comerciante de Rabat, amigo mío, sacó del zurrón con su mano ensangrentada unas naranjas que repartió, y chupando su ácida frescura departimos sobre lo pasado y lo futuro. Bu-Haman se lamentó de que en poder de los cristianos quedase el sin fin de tiendas de nuestros cuatro campamentos, y las provisiones ricas que en ellas teníamos. Era un dolor perder tanta riqueza y hermosura. El Yemení, negro del Sus, no podía echar de sí la visión horrible del furioso ataque de los...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información